Antes de nada, cabe indicar que las muelas del juicio no siempre ocasionan problemas. En algunas personas, estas piezas dentales emergen sin generar ningún tipo de complicaciones o incluso no llegan a salir, si bien existen otros casos donde, por diferentes circunstancias que ahora enumeraremos, pueden provocar alguno.Lo habitual es que los problemas con las muelas del juicio se produzcan durante la erupción porque se queden bloqueadas o enquistadas. Esta situación se da cuando la muela no brota correctamente en su lugar, debido frecuentemente a la falta de espacio. Es lo que se conoce como muela impactada y los expertos señalan que cerca de un 80% de la población presentan, al menos, un molar de este tipo.
En estos casos, la muela del juicio puede generar problemas como:
– Mala posición de los dientes: Al no tener espacio para salir, los molares pueden empujar y mover otras piezas, con los consiguientes dolores y problemas estéticos.
– Mala oclusión: Está relacionado con el anterior, ya que la deformidad o problemas en otras piezas puede ocasionar dificultades a la hora de masticar correctamente.
– Infecciones: los problemas en la erupción pueden generar inflamación e infección en las encías que rodean la muela y ésta, si no es tratada, puede llegar hasta el hueso. Asimismo, la infección puede propagarse a dientes cercanos o también generarse al ser un área con mayor atracción de bacterias debido a la dificultad de limpiar las muelas del juicio.
– Tumores y quistes. En el caso de las muelas que no llegan a salir, al quedar atrapadas, pueden llegar a generar quistes. De ahí la importancia de revisar la evolución de las mismas.
– Dolores de cabeza: La presión de los molares puede provocar cefaleas o dolores de cabeza.
Para evitar estos problemas, es clave la revisión periódica. No debemos acudir cuando ya presentemos dolores y molestias. Lo mismo si nos referimos a aquellos casos en los que nunca llegan a salir o aquellas muelas asintomáticas, especialmente a partir de los 30 años. En tales situaciones, lo recomendable es vigilar periódicamente su evolución por nuestro dentista de confianza.
Fotografía: www.freedigitalphotos.net
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