Al igual que las posiciones de las piezas dentales y su tamaño, cada persona tenemos una mordida diferente y no siempre correcta. Esta semana vamos a abordar este importante factor que también afecta en la salud bucodental. Una mordida mala o incorrecta, también denominada maloclusión, puede tener efectos negativos sobre nuestros dientes, además de signos evidentes que nos pueden alertar de la misma para poder corregirla.
A continuación señalaremos cuáles son los principales síntomas en un paciente que evidencian una mala mordida.
Se denomina oclusión a una mordida saludable y correcta. Se entiende por una oclusión ideal aquella que hace encajar nuestras piezas dentales superiores e inferiores de manera armónica. Lo habitual es que una persona tenga una correcta mordida si se ha producido un crecimiento homogéneo y regular del maxilar superior e inferior. En este caso, los dientes inferiores y superiores se alinean perfectamente, permitiendo una mordida correcta.
Sin embargo, en muchos casos, se produce una mordida incorrecta o maloclusión. Existen cinco tipos de maloclusión: la mordida cerrada, la mordida abierta, la sobremordida, la mordida cruzada y la protusión.
– La mordida cerrada. Frecuentemente está causada por el desgaste de los dientes propio del envejecimiento y la edad. Si no se trata o se trata muy tarde puede llegar a ser un grave problema, ya que un excesivo desgaste de la estructura dental puede afectar a los tejidos faciales interiores, incluso llegando a desintegrarlos. A esto se suma que el efecto estético es el de un rostro envejecido.
– La mordida abierta. Se denomina a la situación en la que los dientes posteriores inferiores y superiores impiden que los dientes anteriores superiores e inferiores lleguen a tocarse. Estos no llegan a unirse ya que queda un hueco entre ellos. El origen de este tipo de mordida son muy variadas ya que pueden ser desde simple genética hasta malos hábitos como chupar o morder bolígrafos o hacer presión con la lengua.
– La sobremordida. Se produce cuando los dientes anteriores superiores se superponen a los inferiores. Esta superposición puede ser en parte o casi en su totalidad. Es el tipo de maloclusión más frecuente y la que más afecta a su estética dental. La ortodoncia es el tratamiento más habitual para corregir la sobremordida. Esta maloclusión puede corregirse con mayor eficacia a edades tempranas, ya que la boca es más moldeable, por lo que se recomienda realizar la ortodoncia cuanto antes y no esperar a la edad adulta.
– La mordida cruzada. Se trata de la problemática inversa, cuando los dientes inferiores se superponen a los superiores y puede producirse tanto en los dientes anteriores como en los posteriores. Estéticamente es muy característica ya que en los pacientes que la padecen la mandíbula inferior, y con ella la barbilla, tiende a sobresalir.
– La protusión. Más conocido como ‘dientes de conejo’. Se produce cuando los dientes anteriores superiores se desplazan por delante de los inferiores anteriores. En los casos severos puede llegar a impedir cerrar los labios.
Estos tipos de maloclusión pueden tener efectos sobre la salud bucodental, y general, del paciente. Consecuencias de las que hablaremos en el siguiente post así como los tratamientos para corregirlas.
Fotografía: www.freedigitalphotos.net
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