Lo queremos o no, uno de los problemas que con mayor incidencia afecta a nuestra vida diaria es el estrés; inofensivo a primera vista pero que puede afectar a muchos aspectos de la salud humana. Incluida la bucodental.
Clínica Odontológica en Ávila
¿Por qué se realizan en ocasiones radiografías en la clínica dental? A través de las radiografías dentales tu dentista puede profundizar en la estructura, el número y la posición de los dientes y de las mandíbulas, siendo un efectivo elemento que incluso permite un diagnóstico de enfermedades y lesiones de dientes y encías que pueden no ser visibles sin esta tecnología incluso para el profesional de la odontología. Ello ahorra tiempo y, también, gasto en tratamientos al permitir detectar esos inconvenientes con mayor celeridad.
¿Qué son los dientes? ¿Para qué sirven? ¿Por qué no son todos iguales? Las piezas dentales de la boca tienen una función principal: la masticación para la correcta ingesta de alimentos para el cuerpo. Cuando somos adultos son 32 los dientes, definitivos –hasta su caída-, con los que contamos. Pero, como sabemos, no todos son iguales, sino que por su forma y funcionalidad podemos dividirlos en cuatro grandes grupos: incisivos, caninos, premolares y molares. Analicémoslos por separado:
¿Prestamos toda la atención que deberíamos a las enfermedades bucodentales? ¿Sabemos que, si no se tratan, pueden acabar afectando a otras partes del cuerpo? Además, debemos de saber que las patologías de la boca son de las más frecuentes en el ser humano.
En este artículo del blog de la Clínica Dental Arancha Otero vamos a hablar de una de ellas: la gingivitis. ¿En qué consiste? Es una inflamación de las encías y el primer paso de una enfermedad periodontal, por lo que nos conviene e interesa identificarla y tratarla para que no derive en otra más compleja y, también, a la hora de poner solución.
Hoy traemos hasta el Diccionario Odontológico de la Clínica Arancha Otero de Ávila dos conceptos muy cotidianos en el campo de la odontología: la periodoncia y la endodoncia. Cotidianos pero que siempre deben realizar especialistas con la formación necesaria a la hora de emitir un diagnóstico y ejecutar, en su caso, un posterior tratamiento.
¿Qué es el flúor más allá de lo que conocemos en la pasta de dientes?, Con una F como símbolo, es uno de los elementos de la ¿tabla periódica? que se encuentra más presente en nuestras vidas de lo que seguramente imaginamos. Y no sólo en el dentífrico.
Agosto se esfumó y, en términos prácticos, el nuevo mes ha supuesto la vuelta a la rutina y a la dinámica habitual para muchos tras las vacaciones: vuelta al trabajo y también vuelta a la escuela para los más pequeños y jóvenes.
Como un punto de inflexión para muchos en el año, es tiempo de nuevos propósitos para los meses que vienen por delante, y desde la Clínica Dental Arancha Otero de Ávila esperamos que entre ellos se incluya el de mantener y, si cabe, mejorar, la higiene bucodental de cada uno.
A lo largo de este verano, hemos lanzado una serie de consejos y recomendaciones para procurar que tu salud bucal no se fuera de vacaciones que esperamos te hayan servido de ayuda. ¿Has cumplido con esos buenos hábitos?
Cierto es que durante los meses de estío y las vacaciones tendemos a tomarnos ciertas licencias y a relajarnos en algunos aspectos. Y eso también incluye a la salud bucodental, ya que es época donde cambia la alimentación, la climatología es muy agresiva y donde incluso organizamos nuestro ocio de manera diferente, como puede ser la práctica de determinados deportes.
En ese sentido, no sería extraño que no hayas escatimado en buenas comidas, con extra de dulces y postres; igual has tomado más alcohol del habitual e incluso te hayas permitido más cigarrillos de los habituales en el caso de que seas fumador. Y si has pasado bastantes horas en la playa o la piscina, también es probable que no hayas cumplido con la frecuencia habitual en el cepillado de dientes.
Por todas esas circunstancias, y porque la experiencia nos dice que las aseveraciones anteriores son ciertas en muchos casos, la época de retorno al trabajo y a las aulas es un buen momento para realizar una visita al dentista de confianza para una revisión bucodental. Así evitaremos que cualquier complicación derive en una importante patología que nos reste salud y nos merme el bolsillo con importantes tratamientos a posteriori. La salud es una parte importante de nuestra vida.
Durante el verano, las elevadas temperaturas pueden contribuir a generar infecciones en la cavidad bucal. Además, ese calor provoca que salivemos en menor medida, perdiendo cierta protección en la dentadura. Es algo habitual que las consultas por caries y otras enfermedades como la gingivitis pueblen las clínicas dentales durante el mes de septiembre, tras las vacaciones. Por eso, siempre prevención.
La citada caries, por ejemplo, actúa paulatinamente y en silencio, dañando el esmalte dental, por lo que es una buena medida comprobar si se ha instalado en algunas de nuestras piezas bucales al inicio del curso laboral o escolar.
¿Y los ‘peques’ de la casa?
Los que han tenido las vacaciones más extensas han sido ellos: los más pequeños; los hijos. Y aunque es probable que hayan contado con la supervisión y el control paterno durante este tiempo en lo que se refiere a la salud bucodental, es posible que para ellos haya existido igualmente alguna que otra licencia más allá de lo habitual. Y una revisión también para ellos resulta conveniente.
Para ese retorno al colegio, hay que hacerles entender que no deben abusar de los dulces (en los recreos, por ejemplo) y concienciar a los que se quedan en el comedor escolar de que deben de ser constantes con sus hábitos de higiene dental, como el cepillado.
Fotografía: www.freedigitalphotos.com
El embarazo y posterior alumbramiento es uno de los dones que la condición humana nos ha regalado. Sin embargo, durante este periodo se producen una seria de cambios hormonales en el cuerpo de la mujer que, en el caso que nos aborda, afectan o pueden afectar directamente a la salud bucodental y que deben de ser puestos en consideración; tanto en el caso de la madre como en el del recién nacido.
A lo largo de la siguiente enumeración se describen algunos de los efectos que pueden manifestarse durante el embarazo, así como una serie de consejos y recomendaciones sobre cómo actuar de manera, y esto es importante, preventiva:
Madre
– La aparición de una serie de cambios hormonales recomienda extremar la higiene dental para evitar la aparición de patologías en la cavidad bucal. Por supuesto, es necesario mantener el cepillado con dentífrico fluorado al menos dos veces al día y utilizar hilo dental.
– Durante el embarazo, especialmente en los tres primeros meses, es habitual la aparición de náuseas que provocan vómitos. El ácido presente en los mismos puede erosionar el esmalte de los dientes. Si su frecuencia es muy alta, no dudes en consultar con tu dentista para que te recomiende algún tratamiento preventivo.
– Las susodichas modificaciones hormonales pueden llevar aparejada la tomar de medicamentos que, en algunos casos, resultan agresivos para los dientes. Consúltalo.
– Se recomienda visitar al menos una vez al dentista durante el periodo de gestación. Generalmente en el segundo trimestre. Ten en cuenta que los problemas bucodentales es algo normal en el embarazo y a posteriori las madres tendrán menos tiempo al estar al cuidado del recién nacido. El profesional odontológico te informará de la existencia, o no, de alguna patología bucodental y ejecutará, en su caso, los pertinentes tratamientos preventivos.
– La propia saliva, al cambiar su composición en el embarazo, puede provocar la erosión dental y la aparición de caries.
– Es habitual la presencia de gingivitis, con encías inflamadas e incluso sangrantes. Se debe a la proliferación de la placa bacteriana, pero también a cambios hormonales y vasculares. También puede volver a aparecer tras el parto.
– Se debe se mantener una dieta sana y equilibrada, donde no predomine el consumo de azúcar y, por supuesto, evitando el tabaco y el alcohol.
Recién nacido
– Es muy importante tener en consideración que el tratamiento y el control de las enfermedades orales durante el embarazo reduce el riesgo de transmisión de bacterias al recién nacido.
– Evita el contacto de tu saliva con el bebé, ya sea con el chupete, probando con su cuchara la comida (utiliza otra) o el biberón…
– Cuando salgan los primeros dientes, los padres deben de proceder a su limpiado con una gasa o un cepillo pediátrico.
– Se recomienda que el niño o niña acuda al dentista al cumplir su primer año de vida.
Iniciamos aquí un serial de posts que hemos titulado Aprendiendo higiene bucodental. Diccionario odontológico y que pretenderá, a lo largo de varias publicaciones, acercar a todos ustedes el plano odontológico, resolviendo con definiciones las dudas y conceptos más frecuentes en torno a la salud bucodental y el dentista.
Desde la Clínica Dental Arancha Otero esperamos que con ellas la higiene y los buenos hábitos de la salud oral queden un poco más cerca de todos ustedes. Y empezamos con la definición de tres patologías habituales, como son la caries, la piorrea o el bruxismo.
CARIES: ese mal tan común
Es una enfermedad multifactorial por la que se van destruyendo los tejidos de los dientes a causa de la desmineralización que los ácidos de la placa bacteriana provocan. Son las propias bacterias las que se encargan de crear ese ácido a partir de los restos alimenticios que entran y se quedan en la boca.
La ingesta de azúcar en abundancia y los ácidos contenidos en bebidas y alimentos son los que más propician la destrucción dental. Pero no llevar una higiene dental adecuada también es sinónimo de caries, como no cepillarse el número de veces adecuado o hacerlo a través de movimientos poco correctos; utilizar una pasta dental inadecuada; no recurrir nunca al hilo dental… Esas son las evitables, porque también la genética personal de cada uno tiene mucho que ver a la hora de sufrir caries. Y contra ella, menos se puede hacer.
También el pH de la saliva guarda una estrecha relación con la caries, puesto que después de la destrucción del esmalte ataca a la dentina, alcanzando la pulpa dental y generando inflamación, pulpitis, y, en su caso, posterior necrosis. Si no se toman las medidas oportunas y el tratamiento correcto con el diente, puede darse una inflamación alrededor del extremo de la raíz (ápice), dando lugar a una periodontitis apical. En casos más graves, puede convertirse en un absceso dental, celulitis o incluso una angina de Ludwig.
PIORREA: trátala a tiempo
La piorrea es lo que comúnmente se conoce como periodontitis. Es una patología que en un primer estadio puede presentarse como gingivitis, pero que si prosigue con una pérdida de inserción colágena, recesión gingival, e incluso la pérdida de hueso, acaba eliminando el soporte óseo del diente si no recibe tratamiento adecuado. Si ese soporte se pierde, perderemos la pieza dental.
De etiología bacteriana que afecta al tejido de sostén de los dientes (periodonto; constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal) suele aparecer en adultos mayores de 35 años, si bien no es descartable que pueda darse en edades más tempranas.
BRUXISMO: hábito involuntario
El bruxismo es el hábito no voluntario que aprieta o hacer rechinar entre sí las estructuras dentales sin ningún propósito funcional. Se calcula que entre un 10% y un 20% de la población lo padece. Puede acarrear dolor de cabeza y de los músculos de la mandíbula, cuello y oído. Las terapias antiestrés suelen dar buenos resultados como tratamiento.
El bruxismo se puede clasificar en dos tipos: excéntrico (frotamiento) y céntrico (apretamiento). Puede darse durante el día o durante la noche; en este segundo caso es posible que la persona que lo padezca ni siquiera sea consciente de ello hasta que alguien no se lo comunica, o el propio dentista, al denotar una destrucción del esmalte y la dentina.
Esta vez hablaremos sobre una de las acciones más habituales que se dan en una clínica dental: la limpieza de boca. ¿Recuerdas cuándo fue tu última vez? ¿Sabes que existen unas recomendaciones para realizarla cada ‘x’ tiempo, dependiendo de las características bucodentales de cada uno? ¿Por qué la realizamos? ¿Qué nos aporta una limpieza de boca?
Ante todo, hay que aclarar que este procedimiento, sin dejar de serlo, no es algo meramente estético. La profilaxis dental –así se denomina- es, sobre todo, un acto de salud bucodental que no deja de tener su importancia y que debe de ser ejecutado por un profesional de la odontología.
Esencialmente, con la limpieza de boca conseguimos eliminar de la boca la placa bacteriana y el sarro que se acumulan, aunque también es capaz de hacer desaparecer las manchas que suelen quedar en los dientes y debajo de las encías por el consumo habitual de productos como el café, tabaco, té…. En este sentido, la zona más sensible es, precisamente, debajo de las encías, puesto que puede ser un paso para enfermedades periodontales más importantes.
A lo largo de estas líneas, se describen algunas de las características de la limpieza bucal:
– Evita que las encías se inflamen y, también, refuerza el esmalte dental.
– Es una prevención de otras enfermedades de la boca, como las caries, periodontitis, gingivitis o, incluso, la halitosis.
– El número de veces que se recomienda realizarla a lo largo de un periodo determinado depende de su salud bucodental de cada persona. Un número medio vendría a ser el de dos veces al año.
– Otorga una sensación de limpieza.
– Se gana en estética dental.
– No afecta a los dientes (siempre que se realice de forma profesional).
El proceso
Para realizar la limpieza de boca se suelen aplicar en dientes y encías rascadores, ultrasonidos y/o curetas. Posteriormente, un chorro de agua con la suficiente presión, y mezclada con bicarbonato, procederá a eliminar las manchas generadas por el proceso alimenticio y otros hábitos. Un pulido de la superficie de los dientes al final tendría como objetivo impedir que el sarro vuelva a adherirse de forma fácil en las piezas dentales.
La limpieza de boca se podría realizar a lo largo de varias sesiones en aquellos casos más complejos.
Aunque es una de las acciones más comunes y sencillas en el dentista, la limpieza bucal es necesaria para que nuestros dientes se conserven lo mejor posible durante el mayor espacio temporal posible. Desde la clínica dental Arancha Otero te asesoramos de manera personalizada para determinar una periodicidad recomendada, según tus características personales.
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