La lengua de Cervantes es inmensamente amplia y rica en lo que a dichos y refranes se refiere; y, dentro de los mismos, también son abundantes aquellos que tienen como protagonista a la boca, ya sea humana, de forma genérica o concerniente al mundo animal. Veamos algunos de ellos en esta primera parte de este serial que abordamos en nuestro blog:
– El que tiene boca, se equivoca. Es uno de los más conocidos y hace referencia a que toda persona puede y tiene derecho a equivocarse, tanto a la hora de hablar como en cualquier otra circunstancia.
– En boca cerrada no entran moscas. Relacionado con el anterior, aunque expresando algo distinto: a veces es mejor mantenerse callado o no actuar o proceder de una determinada manera para no errar o equivocarse. Sobre todo si no se está seguro de algo… Algo muy similar podemos decir de aquello de Boca que no habla, Dios no la oye.
– Por la boca muere el pez. También relacionado con el habla y la comunicación, este dicho viene a decirnos –y advertirnos- que la falta de discreción puede ocasionar a veces situaciones poco deseadas. En la misma línea estaría también este otro: En boca del discreto, lo público es secreto.
– Dios nos dio una boca y dos oídos para escuchar el doble de lo que hablamos. De origen árabe, destaca la virtud, no siempre habitual, de quien sabe escuchar o de quien sabe cuándo tiene que hablar y cuándo tiene que escuchar. Otra versión con el mismo significado es aquella de Una boca y dos orejas tenemos, para que oigamos más que hablemos.
– En la boca del embustero la verdad pierde su crédito o En la boca del mentiroso, lo cierto se hace más que dudoso. Ambos dichos tienen como referencia la mentira, las falsedades o incluso la traición.
– Mala boca, peces coma. Es un toque de atención a aquellos que habitualmente suelen hablar mal de los demás o murmuran constantemente sobre otras personas.
Fotografía: www.freedigitalphotos.net
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