¿Qué son los dientes? ¿Para qué sirven? ¿Por qué no son todos iguales? Las piezas dentales de la boca tienen una función principal: la masticación para la correcta ingesta de alimentos para el cuerpo. Cuando somos adultos son 32 los dientes, definitivos –hasta su caída-, con los que contamos. Pero, como sabemos, no todos son iguales, sino que por su forma y funcionalidad podemos dividirlos en cuatro grandes grupos: incisivos, caninos, premolares y molares. Analicémoslos por separado:
- Incisivos: son las piezas dentales que ubicamos en la parte externa, delantera y en el centro de la cavidad bucal. Su número es de ocho, cuatro en la parte inferior y otros tantos en la superior. ¿Para qué sirven? Fundamentalmente para morder los alimentos y cortarlos. Los incisivos son afilados en el borde, tienen una sola raíz y la corona adquiere una forma cónica. Son los primeros dientes que aparecen en la boca, normalmente a los seis meses de vida, aproximadamente. Los permanentes, entre los 6 y los 8 años, normalmente.
- Caninos: solemos conocerlos como colmillos. Son cuatro en total, dos arriba y dos abajo. Se ubican a los lados de los incisivos, dos a la izquierda y dos a la derecha. En este caso, su función es la de desgarrar los alimentos en la boca. Tienen forma puntiaguda. Suelen salir después de los incisivos. En el caso de los de leche, salen entre los 16 y 20 meses de edad; normalmente primero los superiores. Sin embargo, en las piezas definitivas suele ser al revés: los caninos inferiores aparecen hacia los 9 años y los superiores dos o tres años más tarde.
- Premolares: encontraremos cuatro en la parte superior de la dentadura y otros tantos en la inferior, colocados entre los caninos y los molares. Son puntiagudos, aunque no de manera tan pronunciada como los caninos. Son conocidos también como bicúspides y aparecen en la boca hacia los 10 años el primer par, mientras que los otros dos suelen hacerlo dos años después. No hay premolares en la dentición de leche.
- Molares: contabilizaremos 12, seis arriba y seis abajo. El objetivo de los molares es triturar los alimentos, su molienda final, de tal forma que se consiga una masa final en tamaño y consistencia para que se pueda tragar. En este caso, y hablando de formas, tiene ídem de cúspide y su anchura es mucho mayor que el resto. Son las piezas dentales más grandes. La corona presenta prominencias y pueden disponer de hasta de cuatro raíces. Se ubican en la parte más posterior. Los molares de leche son remplazados por los primeros y segundos premolares definitivos (cuatro en la parte superior y cuatro en la inferior). Los molares permanentes crecen a continuación de los molares de leche, es decir, no sustituyen a ninguno, sino que son piezas nuevas. Los primeros molares aparecerán hacia los 6 años de edad (antes de que se caigan los de leche). Los segundos, entre los 11 y los 13 años.
Fuera de esos cuatro tipos de dientes encontraremos otro más pero que no aparecen en todas las personas y que, además, se pueden considerar terceros molares o cordales: las muelas del juicio. Si aparecen, lo harán, en condiciones habituales, entre los 18 y los 20 años en la parte más posterior posible, como últimos molares. Es habitual que provoquen problemas por falta de espacio y con frecuencia son extraídos. En caso de molestias, lo mejor es consultar al dentista de confianza.
Fotografía: www.freedigitalphotos.net
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