El sarro es la placa bacteriana de color amarillento compuesta de saliva y restos de alimentos que se acumula y endurece en el esmalte dental, junto a la encía.
El sarro por sí mismo no es agresivo, pero no conviene pasar por alto su acumulación ya que la limpieza dental lo que evita es que la placa dental se forme en el sarro y que termine provocando inflamación de las encías que mal tratada podría derivar en una gingivitis.
Aunque una mala o escasa higiene dental puede potenciarla, su aparición está más ligada a una alimentación excesivamente acidificante, rica en azúcares, alimentos refinados y grasas perjudiciales o al consumo de café, té negro y tabaco.