¿Le despiertan sus propios ronquidos o quizá recibe constantes quejas de sus seres queridos de las noches insoportables de tener a alguien al lado que ‘bufa’ sin cesar? Más allá de bromas, el ronquido no es ninguna tontería, sobre todo si está acompañado de episodios repetidos de pausas respiratorias de más de diez segundos durante el sueño. Son las conocidas como apneas y son consecuencia de alteraciones anatómicas o funcionales de la vía aérea superior que afectan a su permeabilidad.
La mayoría de las personas que sufren la llamada apnea del sueño no saben que la tienen porque solo ocurre durante el sueño. Si no se recibe un tratamiento adecuado puede derivar con el tiempo en otros problemas más serios, como un incremento de la hipertensión arterial, de ataques cardíacos, de un derrame cerebral, obesidad e, incluso, diabetes. Además, puede aumentar las probabilidades de sufrir accidentes de tráfico o laborales por la tendencia a quedarse dormidos.
Precisamente, la apnea del sueño es una enfermedad muy poco diagnosticada. Un tratamiento temprano puede contribuir a evitar que un problema degenere en otro más importante, por lo que lo mejor es consultar a un especialista ante los primeros síntomas.
Tu dentista puede diagnosticar este tipo de enfermedad a través de distintas metodologías y aparatos, que, en algunos casos, el propio paciente se llevará a casa para dormir una noche con él. Eso nos permitirá identificar si la padece o no; si es así la trataremos con un dispositivo para dormir que evitará tanto el ronquido como la apnea.
Los resultados del tratamiento no sólo benefician al roncador, sino que también se ven aliviados en sus molestias los familiares que conviven con él.
¿Por qué roncamos?
Los motivos pueden ser múltiples. Algunas de ellos pueden ser los siguientes: un debilitamiento de la musculatura perioral, un desplazamiento de la mandíbula y los labios hacia atrás durante el sueño o una relajación exagerada de la lengua, entre otras causas.
Las personas que tienen mayor predisposición a roncar son aquellas que tienen una oclusión con retrusión de la mandíbula. En cuanto al sexo, la apnea del sueño es mucho más frecuente entre los hombres que entre las mujeres.