Por pacientes especiales nos referimos a pacientes que presentan características o condiciones que les hacen singulares frente a los pacientes ordinarios; por ejemplo, las personas médicamente comprometidas, discapacitados, o minusválidos, pacientes con autismo, parálisis cerebral, síndrome de Down o algunos síndromes calificados como raros, como el de espina bífida.
También pueden incluirse aquellos que presentan alteraciones conductuales, tipo ansiedad, esquizofrenia, etc.