Muelas del juicio. Quién no ha oído hablar de ellas alguna vez. Y en muchas ocasiones lo asociamos, además, con el dolor, cuando, en realidad, esto no es más que un prejuicio con la metodología con la que hoy contamos los profesionales odontólogos.
Las muelas del juicio son las piezas dentales –cuatro- que se suman al resto de la dentadura entre los 17 y los 25 años, aproximadamente, aunque es algo que puede oscilar bastante de una persona a otra. Una vez que han salido, nos acompañarán el resto de la vida, salvo aquellas que haya que extraer con el paso del tiempo por el motivo que sea.
¿Por qué a veces es necesario sacarlas? Porque se infectan, porque son víctima de las caries, porque a veces provocan dolores de cabeza o de oído, porque han salido en posiciones incorrectas, porque generan mordidas inadecuadas e incluso porque pueden ser una rémora en tratamientos de ortodoncia, pudiendo, en su caso, restar la eficacia del tratamiento.