Partimos de la base de que la dentadura de cada persona es diferente: unos la tendrán correcta y otras tendrán los dientes mal acomodados. Tener una mala posición provoca una sonrisa antiestética, puede contribuir a la inflamación de las encías así como acumulación de sarro, provocando pigmentación y mal aliento.
La malposición dental puede ser genética o bien provocada por malos hábitos durante la niñez como uso excesivo del chupete, succión del dedo o morder diversos objetos.
Para corregir estas situaciones se puede recurrir a la ortodoncia. El uso de brackets está recomendado para cualquier edad.