¿Alguna vez has probado un gran bocado de tu comida favorita y te has dado cuenta de que ya no tenía sabor? ¿O alguna vez ha perdido el interés por comer debido a un sabor poco apetecible en la lengua? Un sabor desagradable o extraño persistente en la boca puede dificultar el disfrute de algunas de tus comidas y bebidas favoritas. Sin embargo, también puede ser una señal de advertencia de un problema de salud subyacente. Tu dentista te explica varios de los problemas más comunes que pueden cambiar tu sentido del gusto.

Desórdenes gastrointestinales

Problemas como el reflujo ácido y la ERGE provocan la regurgitación del ácido estomacal en la boca. El ácido estomacal es increíblemente poderoso y normalmente dará como resultado un fuerte sabor agrio o metálico en la boca. Estas condiciones suelen ir acompañadas de:

• Una sensación de ardor o dolor en el pecho, especialmente después de comer.
• La sensación de un nudo en la garganta.
• Tos crónica.

Boca seca

La saliva no solo previene la incómoda sensación de sequedad en la boca, sino que también juega un papel clave en la percepción del gusto. Tu saliva disuelve la comida en tu boca para ayudar a tus papilas gustativas a captar las sensaciones de sabor. Si tu boca se seca, es posible que te resulte mucho más difícil saborear tu comida. Numerosos factores pueden causar sequedad en la boca, que incluyen:

• Glándulas salivales infectadas, bloqueadas o inflamadas.
• Fiebre, deshidratación o ronquidos crónicos.
• Consumo de tabaco y alcohol.

Congestión nasal

Tu sentido del olfato y del gusto están estrechamente relacionados porque ambos usan el mismo tipo de receptores para captar las moléculas de los alimentos que comes. Si no puede oler nada debido a la congestión nasal, tampoco podrás saborear nada. Esto suele suceder con:

• Alergias estacionales o infecciones de los senos paranasales.
• El resfriado común o la gripe.
• Irritantes en el aire, como el humo del tabaco o el escape de los automóviles.

Problemas graves de salud bucal

Es de conocimiento común que tendrá mal sabor de boca si no se cepilla los dientes, no usas hilo dental o usa enjuague bucal con regularidad. Sin embargo, un mal sabor de boca también puede ser una señal de advertencia de una condición de salud oral grave, como:

• Enfermedad de las encías, que es una infección bacteriana en las encías.
• Absceso dental o diente infectado.
• Candidiasis oral o infección en la lengua.

Problemas graves de salud sistémica

Desafortunadamente, existen numerosos factores que pueden causar un cambio en el gusto. Si bien muchos pueden remediarse fácilmente en casa o con la ayuda de un profesional, algunos pueden poner en peligro la vida si se ignoran. Varias condiciones de salud sistémicas graves pueden causar un cambio en el gusto, que incluyen:

• Cáncer bucal.
• Carrera.
• Infecciones graves.

Si alguna vez te preocupa una repentina falta de sabor o mal sabor en la boca, no dudes en comunicarte con tu dentista de inmediato. ¡Te ayudarán a identificar la causa raíz y elegir la forma más efectiva de volver a disfrutar de tu vida llena de sabor!

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La temporada navideña continua y sigue su curso, y la mayoría de nosotros estamos rodeados de delicias como chocolates y dulces que son difíciles de resistir y evitar. Para ayudarte a pasar la temporada navideña, hemos recopilado algunos consejos clave para minimizar el riesgo de caries dentales y mantener tus dientes lo más saludables posible durante este período.

Consíguete un cepillo de dientes nuevo

¿Cuándo fue la última vez que reemplazaste tu cepillo de dientes? Mientras todo el mundo recibe nuevos y relucientes obsequios, ¡es hora de pensar en tus dientes también! Debes reemplazar tu cepillo cada tres o cuatro meses, o con más frecuencia si las cerdas comienzan a lucir deshilachadas.

El tiempo es clave

El factor más importante para el desarrollo de caries es la cantidad de exposición al azúcar en la boca. Cuanto más tiempo estén expuestos tus dientes a los azúcares, mayor será la probabilidad de desarrollar caries. Entonces, mientras visitas a familiares y amigos antes de Navidad, es una buena idea tener tu cepillo de dientes a mano, ¡tal vez puedas cepillarte los dientes entre comidas, golosinas y bebidas!

El mejor momento para cepillarse los dientes es esperar de 30 minutos a 1 hora después de comer o beber alimentos y bebidas azucarados o ácidos, ya que inicialmente el esmalte dental se debilita y suaviza con el ácido. Esto le da al esmalte de tus dientes la oportunidad de recuperarse y fortalecerse antes de cepillarse los dientes. Si te cepillas demasiado pronto, te cepillará el esmalte dental debilitado.

Cepíllate los dientes con regularidad

El cepillado de los dientes es la forma más eficaz de proteger sus dientes y mantenerlos sanos. Recuerda cepillarte los dientes al menos dos veces al día y usar hilo dental una vez al día. Si está fuera de casa, lleva un cepillo de dientes de viaje y un tubo pequeño de pasta de dientes para que puedas cepillarte donde quiera que estés.

Use hilo dental como un jefe

Entonces, ¿no es suficiente cepillarse los dientes? El cepillado de los dientes es muy eficaz en las superficies frontal, posterior y de mordida de los dientes, excepto entre los dientes. Después de comer golosinas azucaradas de temporada, es aún más importante lavarse los dientes. ¡Te sorprenderá saber cuántos alimentos eliminas cuando usas hilo dental!

Bebe mucha agua y come alimentos saludables

Beber agua nos ayuda a mantenernos hidratados en el calor del verano. El agua también es excelente para la higiene bucal, ya que ayudará a eliminar los azúcares, los trozos de comida y los ácidos de la boca. Si bien el azúcar y los dulces son tentadores, siempre que sea posible, elige opciones de alimentos más agradables para los dientes, como queso, frutas y verduras frescas. Comer queso con tus bebidas alcohólicas también puede ayudar a neutralizar los ácidos del vino. ¡Tus dientes te lo agradecerán!

El verano ya está aquí y se espera que las temperaturas suban abruptamente durante las próximas semanas. Los dulces fríos para el calor sofocante (helado, por ejemplo) son siempre bienvenidos. Es decir, a menos que tus dientes se hayan vuelto sensibles al frío. O tal vez prefieras barbacoa caliente y hamburguesas al aire libre. De cualquier manera, puedes encontrar que la sensibilidad dental hace que disfrutar de tus comidas y bebidas favoritas sean menos placenteras.

¿Por qué tengo dientes sensibles?

Cada uno de tus dientes alberga túbulos microscópicos debajo de una capa de esmalte dental protector. Si tus encías retroceden, estos túbulos pueden quedar expuestos. Cuando experimentas sensibilidad, es porque las células dentro de los túbulos han sido estimuladas por alimentos, líquidos o incluso aire. Además, el esmalte de tus dientes desarrolla pequeñas fracturas, lo que permiten que las sensaciones de frío y calor lleguen a los nervios y túbulos dentro de tu diente.

¿Cómo manejo la sensibilidad de los dientes en casa?

Se pueden tomar varios pasos, muchos de los cuales no requieren intervención dental, para abordar este asunto delicado. Pregúntate:

1. ¿Qué tipo de pasta de dientes utilizo? La pasta de dientes blanqueadora funciona eliminando las manchas superficiales del esmalte dental, pero en realidad puede causar sensibilidad en pacientes cuyo esmalte dental no es fuerte y saludable. También se sabe que las pastas dentales para el control del sarro, específicamente aquellas que contienen el ingrediente pirofosfato de sodio, causan dolor de dientes. En su lugar, elije una pasta de dientes que esté especialmente formulada para personas que tienen dientes sensibles. A veces es posible que debas usar un producto durante al menos un mes antes de notar mejoras significativas. Mientras tanto, no estaría de más programar una revisión dental.
2. ¿Podrían mis hábitos en un clima cálido causar sensibilidad? Cuando hace calor, masticar cubitos de hielo puede parecer una forma fácil de refrescarse. Desafortunadamente, también puede debilitar el esmalte que cubre tus dientes. Aquí tienes un consejo para disfrutar de tus bebidas frías favoritas sin provocar la sensibilidad de tus dientes: Bebe con una pajita. Esto no solo limitará la exposición de los dientes sensibles al líquido frío también beneficia a los dientes al limitar su exposición a bebidas azucaradas o ácidas, como refrescos, limonada o batidos fríos.
3. ¿Qué tipo de cepillo de dientes utilizo? Cuando deseas quitar las manchas rebeldes de ollas y sartenes, no use un pañuelo de papel suave; usas estropajo de acero. ¿Significa eso que un cepillo de dientes con cerdas duras es más efectivo que un cepillo de dientes con cerdas suaves? Absolutamente no. El esmalte dental puede ser la sustancia natural más dura de tu cuerpo, pero eso no significa necesariamente que sea invencible. A menos que se te indique lo contrario, no uses cepillos de cerdas duras.

Dientes sensibles contra dolor de muelas

A veces, cambiar tus hábitos de cepillado y productos para el cuidado bucal no es suficiente para aliviar las molestias en los dientes. Generalmente clasificamos la sensibilidad como una molestia que ocurre en respuesta al calor y al frío, que dura más de unos pocos días y afecta a varios dientes. Un dolor de muelas, por otro lado, tiende a afectar solo uno o dos dientes a la vez y produce dolor en la mayoría de las condiciones, no solo en la exposición a temperaturas extremas. Si tienes dolor de muelas, es mejor que visites a tu dentista dentista lo antes posible. Las posibles causas de los dolores de muelas (no la sensibilidad dental) incluyen conductos radiculares infectados, un diente con absceso y caries no tratadas.

En el mundo occidental, el agua es tan abundante que probablemente pensamos poco en ella. Cuando se trata de nuestra salud bucal, la mayoría de nosotros probablemente solo asociamos el agua con cuando nos cepillamos los dientes por la mañana y por la noche.

A pesar de esto, el agua puede ser realmente útil contra problemas dentales comunes como caries y enfermedades de las encías.

Hidratación

Una de las mayores amenazas para nuestros dientes y encías es la enfermedad de las encías y, en particular, la periodontitis. Esto ataca el hueso que sostiene los dientes en su posición y puede provocar la pérdida de los dientes. Podemos ayudar a prevenir la enfermedad de las encías, no solo cepillándonos, usando hilo dental y con una escala y pulido en la clínica de nuestro dentista de confianza cada seis meses, sino también manteniéndonos bien hidratados.

Las bacterias que contribuyen a la enfermedad de las encías prosperan y crecen en un ambiente cálido y seco. Cuando estamos deshidratados, nuestra boca se puede secar, permitiendo que las bacterias crezcan. Cuando tenemos la boca seca durante largos períodos de tiempo, como cuando hemos estado bebiendo alcohol y nos vamos a dormir sin beber suficiente agua, esto puede aumentar significativamente los riesgos.

Olvida los refrescos con azúcar

El agua suele ser la mejor opción cuando se trata de refrescarse. También ayudará a eliminar, o al menos reducir, el consumo de refrescos muy ricos en azúcar. Estos se han relacionado con gran parte del aumento de la caries dental en los niños, y asegurarse de que los niños beban agua o zumon diluidos les ayudará a mantener tus dientes más sanos. Esto también se aplica a los adultos, por supuesto.

Ayuda a eliminar alimentos

Aunque usamos agua cuando nos cepillamos los dientes, a menudo esto puede ocurrir después de haber comido. Por ejemplo, si te lavas los dientes al levantarte por la mañana y luego desayunas fruta, mermelada o miel, hay una gran cantidad de azúcar que podría permanecer adherida a tus dientes durante todo el día. Una forma muy sencilla de reducir esto es beber agua después. Esto ayudará a eliminar algunos de los azúcares y las partículas de alimentos que se han quedado atascados entre los dientes. Una forma aún más eficaz es enjuagarse con el agua y hacer gárgaras. Esto no es tan efectivo como usar hilo dental, pero es una excelente y sencilla forma de ayudar a tus dientes y encías.

Cuando NO DEBES usar agua

Hay un momento en el que no debe usar agua, y es después de haberse lavado los dientes. Algunos de nosotros habremos crecido con el principio del cepillo, escupir y luego enjuagar. Nuestros dentistas recomiendan que ya no te enjuagues los dientes después de cepillarse los dientes. Si lo haces, reducirás la eficacia del flúor en la pasta de dientes, lo que ayuda a mantener el esmalte fuerte y saludable.