Para aquellas personas que, por una u otra causa, han perdido un diente, el recurso al implante dental es una solución válida y eficaz. Siempre que se afronte de una manera profesional.
Clínica Odontológica en Ávila
Agosto se esfumó y, en términos prácticos, el nuevo mes ha supuesto la vuelta a la rutina y a la dinámica habitual para muchos tras las vacaciones: vuelta al trabajo y también vuelta a la escuela para los más pequeños y jóvenes.
Como un punto de inflexión para muchos en el año, es tiempo de nuevos propósitos para los meses que vienen por delante, y desde la Clínica Dental Arancha Otero de Ávila esperamos que entre ellos se incluya el de mantener y, si cabe, mejorar, la higiene bucodental de cada uno.
A lo largo de este verano, hemos lanzado una serie de consejos y recomendaciones para procurar que tu salud bucal no se fuera de vacaciones que esperamos te hayan servido de ayuda. ¿Has cumplido con esos buenos hábitos?
Cierto es que durante los meses de estío y las vacaciones tendemos a tomarnos ciertas licencias y a relajarnos en algunos aspectos. Y eso también incluye a la salud bucodental, ya que es época donde cambia la alimentación, la climatología es muy agresiva y donde incluso organizamos nuestro ocio de manera diferente, como puede ser la práctica de determinados deportes.
En ese sentido, no sería extraño que no hayas escatimado en buenas comidas, con extra de dulces y postres; igual has tomado más alcohol del habitual e incluso te hayas permitido más cigarrillos de los habituales en el caso de que seas fumador. Y si has pasado bastantes horas en la playa o la piscina, también es probable que no hayas cumplido con la frecuencia habitual en el cepillado de dientes.
Por todas esas circunstancias, y porque la experiencia nos dice que las aseveraciones anteriores son ciertas en muchos casos, la época de retorno al trabajo y a las aulas es un buen momento para realizar una visita al dentista de confianza para una revisión bucodental. Así evitaremos que cualquier complicación derive en una importante patología que nos reste salud y nos merme el bolsillo con importantes tratamientos a posteriori. La salud es una parte importante de nuestra vida.
Durante el verano, las elevadas temperaturas pueden contribuir a generar infecciones en la cavidad bucal. Además, ese calor provoca que salivemos en menor medida, perdiendo cierta protección en la dentadura. Es algo habitual que las consultas por caries y otras enfermedades como la gingivitis pueblen las clínicas dentales durante el mes de septiembre, tras las vacaciones. Por eso, siempre prevención.
La citada caries, por ejemplo, actúa paulatinamente y en silencio, dañando el esmalte dental, por lo que es una buena medida comprobar si se ha instalado en algunas de nuestras piezas bucales al inicio del curso laboral o escolar.
¿Y los ‘peques’ de la casa?
Los que han tenido las vacaciones más extensas han sido ellos: los más pequeños; los hijos. Y aunque es probable que hayan contado con la supervisión y el control paterno durante este tiempo en lo que se refiere a la salud bucodental, es posible que para ellos haya existido igualmente alguna que otra licencia más allá de lo habitual. Y una revisión también para ellos resulta conveniente.
Para ese retorno al colegio, hay que hacerles entender que no deben abusar de los dulces (en los recreos, por ejemplo) y concienciar a los que se quedan en el comedor escolar de que deben de ser constantes con sus hábitos de higiene dental, como el cepillado.
Fotografía: www.freedigitalphotos.com
El embarazo y posterior alumbramiento es uno de los dones que la condición humana nos ha regalado. Sin embargo, durante este periodo se producen una seria de cambios hormonales en el cuerpo de la mujer que, en el caso que nos aborda, afectan o pueden afectar directamente a la salud bucodental y que deben de ser puestos en consideración; tanto en el caso de la madre como en el del recién nacido.
A lo largo de la siguiente enumeración se describen algunos de los efectos que pueden manifestarse durante el embarazo, así como una serie de consejos y recomendaciones sobre cómo actuar de manera, y esto es importante, preventiva:
Madre
– La aparición de una serie de cambios hormonales recomienda extremar la higiene dental para evitar la aparición de patologías en la cavidad bucal. Por supuesto, es necesario mantener el cepillado con dentífrico fluorado al menos dos veces al día y utilizar hilo dental.
– Durante el embarazo, especialmente en los tres primeros meses, es habitual la aparición de náuseas que provocan vómitos. El ácido presente en los mismos puede erosionar el esmalte de los dientes. Si su frecuencia es muy alta, no dudes en consultar con tu dentista para que te recomiende algún tratamiento preventivo.
– Las susodichas modificaciones hormonales pueden llevar aparejada la tomar de medicamentos que, en algunos casos, resultan agresivos para los dientes. Consúltalo.
– Se recomienda visitar al menos una vez al dentista durante el periodo de gestación. Generalmente en el segundo trimestre. Ten en cuenta que los problemas bucodentales es algo normal en el embarazo y a posteriori las madres tendrán menos tiempo al estar al cuidado del recién nacido. El profesional odontológico te informará de la existencia, o no, de alguna patología bucodental y ejecutará, en su caso, los pertinentes tratamientos preventivos.
– La propia saliva, al cambiar su composición en el embarazo, puede provocar la erosión dental y la aparición de caries.
– Es habitual la presencia de gingivitis, con encías inflamadas e incluso sangrantes. Se debe a la proliferación de la placa bacteriana, pero también a cambios hormonales y vasculares. También puede volver a aparecer tras el parto.
– Se debe se mantener una dieta sana y equilibrada, donde no predomine el consumo de azúcar y, por supuesto, evitando el tabaco y el alcohol.
Recién nacido
– Es muy importante tener en consideración que el tratamiento y el control de las enfermedades orales durante el embarazo reduce el riesgo de transmisión de bacterias al recién nacido.
– Evita el contacto de tu saliva con el bebé, ya sea con el chupete, probando con su cuchara la comida (utiliza otra) o el biberón…
– Cuando salgan los primeros dientes, los padres deben de proceder a su limpiado con una gasa o un cepillo pediátrico.
– Se recomienda que el niño o niña acuda al dentista al cumplir su primer año de vida.
Iniciamos aquí un serial de posts que hemos titulado Aprendiendo higiene bucodental. Diccionario odontológico y que pretenderá, a lo largo de varias publicaciones, acercar a todos ustedes el plano odontológico, resolviendo con definiciones las dudas y conceptos más frecuentes en torno a la salud bucodental y el dentista.
Desde la Clínica Dental Arancha Otero esperamos que con ellas la higiene y los buenos hábitos de la salud oral queden un poco más cerca de todos ustedes. Y empezamos con la definición de tres patologías habituales, como son la caries, la piorrea o el bruxismo.
CARIES: ese mal tan común
Es una enfermedad multifactorial por la que se van destruyendo los tejidos de los dientes a causa de la desmineralización que los ácidos de la placa bacteriana provocan. Son las propias bacterias las que se encargan de crear ese ácido a partir de los restos alimenticios que entran y se quedan en la boca.
La ingesta de azúcar en abundancia y los ácidos contenidos en bebidas y alimentos son los que más propician la destrucción dental. Pero no llevar una higiene dental adecuada también es sinónimo de caries, como no cepillarse el número de veces adecuado o hacerlo a través de movimientos poco correctos; utilizar una pasta dental inadecuada; no recurrir nunca al hilo dental… Esas son las evitables, porque también la genética personal de cada uno tiene mucho que ver a la hora de sufrir caries. Y contra ella, menos se puede hacer.
También el pH de la saliva guarda una estrecha relación con la caries, puesto que después de la destrucción del esmalte ataca a la dentina, alcanzando la pulpa dental y generando inflamación, pulpitis, y, en su caso, posterior necrosis. Si no se toman las medidas oportunas y el tratamiento correcto con el diente, puede darse una inflamación alrededor del extremo de la raíz (ápice), dando lugar a una periodontitis apical. En casos más graves, puede convertirse en un absceso dental, celulitis o incluso una angina de Ludwig.
PIORREA: trátala a tiempo
La piorrea es lo que comúnmente se conoce como periodontitis. Es una patología que en un primer estadio puede presentarse como gingivitis, pero que si prosigue con una pérdida de inserción colágena, recesión gingival, e incluso la pérdida de hueso, acaba eliminando el soporte óseo del diente si no recibe tratamiento adecuado. Si ese soporte se pierde, perderemos la pieza dental.
De etiología bacteriana que afecta al tejido de sostén de los dientes (periodonto; constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal) suele aparecer en adultos mayores de 35 años, si bien no es descartable que pueda darse en edades más tempranas.
BRUXISMO: hábito involuntario
El bruxismo es el hábito no voluntario que aprieta o hacer rechinar entre sí las estructuras dentales sin ningún propósito funcional. Se calcula que entre un 10% y un 20% de la población lo padece. Puede acarrear dolor de cabeza y de los músculos de la mandíbula, cuello y oído. Las terapias antiestrés suelen dar buenos resultados como tratamiento.
El bruxismo se puede clasificar en dos tipos: excéntrico (frotamiento) y céntrico (apretamiento). Puede darse durante el día o durante la noche; en este segundo caso es posible que la persona que lo padezca ni siquiera sea consciente de ello hasta que alguien no se lo comunica, o el propio dentista, al denotar una destrucción del esmalte y la dentina.
¿Playa? ¿Piscina? ¿O incluso pantano y río? Es probable que muchos de vosotros disfrutéis de estos refrescantes placeres durante los meses de verano, en aras de granjearos momentos de relax, desconexión, recarga de energías y, también, y aunque probablemente sea en lo que menos pensamos, para incrementar las cantidades de vitamina D en nuestro organismo, fundamental para la fortaleza de los huesos y, por extensión, de los dientes.
La exposición al sol es esencial para que nuestro cuerpo pueda generar en cantidades suficientes esa vitamina D. Los especialistas avisan: no contar en el organismo con su presencia en los valores recomendados puede ser el germen en el futuro de enfermedades como la esclerosis múltiple, tensión alta o incluso cáncer.
Protege tu boca del sol
Aunque nada malo tiene disfrutar de una buena sesión relajante bajo el sol, sí hay que tener en cuenta que excederse o hacerlo sin tomar una serie de medidas puede acabar resultando nocivo.
Nuestra cultura sanitaria ya nos advierte que pasar demasiado tiempo bajo los rayos del sol daña nuestra piel, e incluso nuestra boca. No es extraño que se produzcan abundantes quemaduras en los labios durante los meses más calurosos, por lo que recurrir a un protector labial es una buena idea si vamos a pasar bastante tiempo bajo el sol.
Si ya no hay remedio y te has quemado la piel, nunca recurras a ese falso mito que recomienda aplicar pasta de dientes o, sencillamente, dejarla secar al sol. La llamada Sociedad Española de Heridas (SEHER) asegura que esas malas praxis generan, en el peor de los casos, infecciones, que resultan más complejas de curar y que, incluso, pueden derivar en otras patologías más graves. Simplemente, usemos la lógica al tomar el sol, por favor.
¿Y cómo nos protegemos del sol?
La incidencia del sol no sólo la debemos considerar en la playa o la piscina. El respeto no hay que perderlo en ningún momento ni en ningún lugar, por muy lejos que se encuentre la costa. El astro rey no deja de emitir radiaciones ultravioletas; en verano, en invierno y haga un sol de justicia o esté nublado. Sólo tenemos que adaptarnos a las condiciones de cada momento y de cada lugar.
He aquí algunos consejos a la hora de tomar el sol:
– Hay que evitar las horas centrales del día; o al menos tomar mayores precauciones. Bebiendo líquido abundante evitaremos una posible deshidratación.
-La exposición al sol debe de quedar al margen de bebés y niños muy pequeños. Los protectores solares se utilizan a partir de los seis meses, según las recomendaciones profesionales.
-La crema solar es fundamental; pero no cualquiera. Hay que utilizar la adecuada para las características personales de la piel de cada una. Es recomendable aplicarla cada dos horas y sin escatimar. Si la piel es mate, el factor estará, normalmente, entre 15-20 de protección; para las sensibles, entre 30-60.
–Gafas de sol, gorro y las cremas antioxidantes para después del baño son altamente útiles y efectivos. La prevención por encima de todo.
¡Disfruta del verano!
Como casi todo en la sociedad, la profesión de dentista ha sufrido una evolución a lo largo de las últimas décadas que la han movido hacia concepciones más positivas, y donde mucho han tenido que ver factores como la información, la transparencia, la constante formación o, también, la estricta profesionalización.
Pero dos prejuicios sobreviven anclados a la odontología, como son el hecho de asociar con el dolor la visita a la clínica dental y el hecho de que supone un sablazo económico para el bolsillo.
A lo largo de este post analizaremos el segundo de estos supuestos para determinar cómo se llega a las tarifas en las clínicas dentales, haciendo notar cómo, en buena parte de las ocasiones en las que sale caro, hay que buscar el origen en la dejación de una correcta higiene bucal, lo mismo que en el caso de la aparición del dolor físico.
La salud general también empieza por la boca si no queremos que una patología en la misma acabe afectando al resto del cuerpo. Es más habitual de lo que podemos pensarnos.
Y para ello, para evitar males mayores, no hay mejor remedio que la prevención, cumpliendo las revisiones periódicas que se nos han recomendado. Es frecuente que muchas personas solamente acudan al dentista cuando el dolor o el problema ya han hecho acto de aparición. Y puede que para entonces el coste económico sea mayor y que las secuelas físicas tengan difícil o imposible solución.
El sistema de salud que tenemos en España es público y gratuito, pero la salud bucodental no tiene, ni mucho menos, cobertura para todas las intervenciones. Y eso hace que concibamos el servicio privado de odontología como caro.
Pero preguntémonos algo: ¿cuánto cuestan los equipamientos, las pruebas, el personal o las consultas existentes en la sanidad pública? Pues sabemos que muchísimo; tanto que, como estamos viendo, la actual crisis económica ha puesto en entredicho el mantenimiento de la sanidad pública tal y como la hemos conocido en años anteriores.
La odontología requiere una constante y costosa formación, un reciclaje continuo, a lo que hay que sumar una importante inversión en materiales y equipamiento para poder ofrecer a los clientes el mejor de los servicios profesionales posible.
No resulta hoy estrictamente riguroso vincular a un dentista con un servicio extremadamente caro y, en ocasiones, inabordable, como quizás se pensaba hace unas décadas. Por aquel entonces ni dentistas ni clínicas dentales destacaban por su abundancia. Eso hoy ha cambiado, proliferando en gran número y, por ende, provocando un ajuste en la oferta y la demanda que ha mantenido, y hasta reducido, los precios del dentista. Siempre, eso sí, con una normativa y una colegiación que marca unos mínimos de seguridad y calidad.
El carácter de los servicios que se prestan en una clínica dental es intangible; es distinto a cualquier producto físico que podemos comprar en una tienda. También tiene mucho peso una formación superior o en técnicas complejas que mejoren las prestaciones de un profesional a la hora de fijar los precios, porque no es lo mismo una formación de varios días colocando implantes que un máster cursado a lo largo de varios años.
Ocurre lo mismo con el material utilizado. Sus calidades y prestaciones varían según sea uno u otro. También en odontología existen las marcas blancas y hay que ser al menos precavidos con todo ello. No todos los materiales duran lo mismo ni, atención, tienen la misma aceptabilidad para todas las bocas. Recuerde: lo barato puede acabar saliendo caro.
El dentista siempre debe de ofrecer un trato personalizado a cada paciente. No en vano, un empaste, un implante o cualquier otro servicio no es lo mismo en una u otra persona, puesto que sus características bucodentales serán siempre diferentes.
Importante: mantener las revisiones
Volvamos a la idea de la prevención para hablar de si es caro o no el dentista, aunque esta vez con bienes tangibles. Si a un vehículo o a una vivienda habitual no se les realizado labores de mantenimiento y reparación, todos sabemos que el resultado, más pronto que tarde, será el de que se rompa, se caiga o, sencillamente, se vuelva inservible. Pues eso es algo aplicable la salud bucodental: la dentadura también necesita revisión y mantenimiento constante. En algunos casos más que en otros, eso sí. En caso contrario, el problema puede convertirse en patología. Y entonces sí será caro el dentista.
La mejor de las inversiones para evitar pagar altas cantidades es la prevención. Cumpliendo con las revisiones estaremos evitando, o cogiendo a tiempo, la aparición de enfermedades periodontales importantes. Si no quiere rascarse demasiado el bolsillo, no se las salte.
Hoy en día pisamos modernas clínicas dentales dotadas de las últimas tecnologías que nos facilitan el camino hacia una correcta salud bucodental. Sin embargo, los dentistas no ejercen desde ayer. Ni siquiera desde el siglo pasado. La profesión, según las informaciones que se han podido documentar, se inició ya hace miles de años. Aunque, lógicamente, los métodos distaban mucho de los que nos podemos encontrar ahora.
El arduo y buen trabajo de información y documentación realizado por la llamada Sociétè Française d’Histoire de l’Art Dentaire (SFHAD), una institución francesa cuya traducción es la de Sociedad Francesa de Historia del Arte Dental, ha ofrecido como resultado un interesante proyecto sobre la historia de la odontología que a continuación explicamos.
La Societé ha puesto en marcha un Museo Virtual –ver en su página web– donde se ilustran y explican los múltiples instrumentos que, miles de años antes, utilizaban los que han sido catalogados como primeros dentistas de los seres humanos.
En dicha website tendremos a nuestro alcance una curiosa retrospectiva histórica, y debidamente documentada, que, de una forma muy gráfica, retrocede a la forma de trabajar de aquellos antiguos especialistas en salud bucodental, cuyos inicios se sitúan en el antiguo Egipto.
La identidad del primer dentista se atribuye a Hessie-Rese, que habría operado como tal en torno al 3.000 a.C. Los habitantes del antiguo Egipto no llevaban precisamente una alimentación adecuada, lo que les solía ocasionar problemas bucodentales. Se conoce que consumían mucha miel, un nutritivo alimento que, sin embargo, contiene elevadas cantidades de azúcar y que, por lo tanto, debe tomarse en su justa medida.
¿Y con qué se lavaban los dientes los egipcios? Para ello utilizaban la planta del papiro, mientras que como pasta de dientes tenían una mezcla, machacada, de sal, lirio seco, menta y pimienta.
Han sido las investigaciones realizadas sobre las momias del antiguo Egipto las que han permitido acercarnos a la higiene dental del mencionado periodo histórico, junto a los escritos de los escribas o los famosos jeroglíficos.
Este Museo Virtual del Arte Dental está en lenguaje francés, pero contiene una gran cantidad de imágenes que aportan una sobresaliente información acerca de una profesión que no siempre ha sido bien entendida: la de dentista. Todavía es hoy frecuente que muchas personas padezcan miedo cuando van a visitar una clínica dental. Sin embargo, la evolución ha deparado un progreso que ha hecho desaparecer, hace ya mucho, elementos como el abrebocas de la fotografía…
Fotografía: Museo Virtual del Arte Dental
Esta vez hablaremos sobre una de las acciones más habituales que se dan en una clínica dental: la limpieza de boca. ¿Recuerdas cuándo fue tu última vez? ¿Sabes que existen unas recomendaciones para realizarla cada ‘x’ tiempo, dependiendo de las características bucodentales de cada uno? ¿Por qué la realizamos? ¿Qué nos aporta una limpieza de boca?
Ante todo, hay que aclarar que este procedimiento, sin dejar de serlo, no es algo meramente estético. La profilaxis dental –así se denomina- es, sobre todo, un acto de salud bucodental que no deja de tener su importancia y que debe de ser ejecutado por un profesional de la odontología.
Esencialmente, con la limpieza de boca conseguimos eliminar de la boca la placa bacteriana y el sarro que se acumulan, aunque también es capaz de hacer desaparecer las manchas que suelen quedar en los dientes y debajo de las encías por el consumo habitual de productos como el café, tabaco, té…. En este sentido, la zona más sensible es, precisamente, debajo de las encías, puesto que puede ser un paso para enfermedades periodontales más importantes.
A lo largo de estas líneas, se describen algunas de las características de la limpieza bucal:
– Evita que las encías se inflamen y, también, refuerza el esmalte dental.
– Es una prevención de otras enfermedades de la boca, como las caries, periodontitis, gingivitis o, incluso, la halitosis.
– El número de veces que se recomienda realizarla a lo largo de un periodo determinado depende de su salud bucodental de cada persona. Un número medio vendría a ser el de dos veces al año.
– Otorga una sensación de limpieza.
– Se gana en estética dental.
– No afecta a los dientes (siempre que se realice de forma profesional).
El proceso
Para realizar la limpieza de boca se suelen aplicar en dientes y encías rascadores, ultrasonidos y/o curetas. Posteriormente, un chorro de agua con la suficiente presión, y mezclada con bicarbonato, procederá a eliminar las manchas generadas por el proceso alimenticio y otros hábitos. Un pulido de la superficie de los dientes al final tendría como objetivo impedir que el sarro vuelva a adherirse de forma fácil en las piezas dentales.
La limpieza de boca se podría realizar a lo largo de varias sesiones en aquellos casos más complejos.
Aunque es una de las acciones más comunes y sencillas en el dentista, la limpieza bucal es necesaria para que nuestros dientes se conserven lo mejor posible durante el mayor espacio temporal posible. Desde la clínica dental Arancha Otero te asesoramos de manera personalizada para determinar una periodicidad recomendada, según tus características personales.
Si en la parte I de este post advertíamos que las patologías periodontales –como la gingivitis y la periodontitis– son más frecuentes de lo que pensamos en nuestras vidas, en esta segunda hablaremos de la sintomatología que nos permitirá saber si las padecemos y de los tratamientos necesarios para evitar que su influencia en nuestro organismo vaya in crescendo.
Los principales síntomas son los siguientes: la aparición de pus en la encía; mal sabor o mal olor de boca; el sangrado espontáneo o al cepillado; enrojecimiento; retracción; cambio de posición de los dientes; sensibilidad térmica; dolor e incluso movilidad.
Es el dentista el profesional que tiene que efectuar el diagnóstico. Si usted presenta alguno de los signos o síntomas descritos anteriormente, lo más prudente es consultar a su especialista para que pueda valorar la situación y, en su caso, le dé su consejo sobre cómo actuar.
¿Cómo es el tratamiento?
Las acciones van dirigidas a acabar con las bacterias y corregir aquellos factores que nos hacen más susceptible a ellas, como pueden ser el tabaco y ciertas alteraciones dentarias, como, por ejemplo, los dientes mal colocados.
Para hacer frente a la gingivitis es suficiente con poner más énfasis y mejorar la higiene oral y realizar una limpieza de boca. Son acciones preventivas que no requieren de demasiado tiempo, sencillas y que tampoco causan excesivas molestias.
Sin embargo, cuando hablamos de la periodontitis, es necesario realizar en primer lugar un exhaustivo estudio periodontal clínico y radiológico para valorar la situación previa a cualquier actuación. La base del tratamiento se encamina a eliminar las bacterias de la bolsa periodontal, proceso que se conoce como raspado y alisado radicular o fase desinflamatoria.
Si la bolsa periodontal es profunda, habitualmente no se consigue un control total de la infección. En este caso, estaremos hablando de recurrir a una cirugía periodontal para que el tratamiento sea completo.
Cuando la patología está controlada, es aconsejable realizar ciertos controles periodontales de mantenimiento y, por supuesto, seguir con una correcta higiene en casa.
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