Los desórdenes alimenticios provocan infecciones bucales y pérdida de dientes.
Está comprobado que los trastornos alimenticios provocan diversos problemas orales en las personas que lo padecen:
– Erosión de esmalte
– Caries
– Agrandamiento de glándulas salivales
– Sensibilidad
– Infección bacteriana
– Sequedad bucal
La provocación del vómito repetido que ocurre en este tipo de pacientes, produce que el ácido estomacal, que queda en la boca, erosione el esmalte de los dientes por corrosión.
Cepillarse los dientes inmediatamente después del vómito puede ser aún más dañino. Ya que el cepillado, combinado con el ácido estomacal en la superficie del diente, aumenta la acción erosiva.
Un desgaste de frente en el esmalte de los dientes a temprana edad no es normal, no tiene por qué ser siempre por rechinamiento de dientes. Si no detectamos, por tanto, otros problemas de articulación temporomandibular, ni otros síntomas como chasquido o dolor de músculos habrá que descartar el rechinamiento por lo que podremos deducir que ese paciente está vomitando en grandes cantidades y de manera continuada, fruto de un trastorno.
Otra sintomatología de trastornos alimenticios se observa en el hecho de la mordida de uñas, así como de la parte interior de la boca lo que provoca numerosas llagas y escaras.
Si bien los odontólogos no pueden tratar este tipo de trastornos (alimenticios), si pueden jugar un rol significativamente importante a la hora de detectar estas situaciones y posteriormente alertar o derivar a profesionales en el área.
Deja un comentario