Aunque es algo desconocido para muchos, lo cierto es que la enfermedad periodontal es una de las más comunes entre el ser humano. Contra ella, cabe decir siempre lo mismo: no hay nada como prevenir y, en caso de duda o problema, acude a consultar a tu dentista.
La patología periodontal afecta a los tejidos que se encargan de sostener los dientes (tanto a los huesos como a las encías) y, a grandes rasgos, podemos dividirla en dos tipologías: periodontitis y gingivitis.
¿En qué consiste la periodontitis? Es una infección profunda de la encía y de los tejidos que sujetan el diente. Puede llegar a ocasionar la pérdida dental y, por otro lado, afectar a la salud general de nuestro cuerpo, puesto que es un factor de riesgo cardiovascular, produce descompensación de la diabetes o, incluso, el parto prematuro. La periodontitis incrementa su frecuencia con el paso de los años y no es reversible. Igualmente, puede ser agresiva o crónica y en ambos casos, sin tratamiento, es posible que perdamos los dientes, de ahí la necesidad de abordar el problema cuanto antes.
¿Y qué ocurre con la gingivitis? En este caso, se trata de una inflamación superficial de la encía. El sangrado es su principal signo que nos avisa de su presencia. Si no se trata de la forma correcta puede acabar derivando en periodontitis. Es una de las patologías más frecuentes entre nosotros, pero, a diferencia de la anterior, la gingivitis es reversible y, eso sí, puede aparecer en cualquier momento, a cualquier edad.
Algunos datos estadísticos
Según los datos extraídos de la Encuesta Nacional de Salud, aproximadamente un 85-90% de la población padece estas enfermedades periodontales en algún grado, sobre todo la gingivitis.
La periodontitis, más destructiva, afecta, en cambio, al 30-38% de los adultos mayores de 35 años. Las formas más avanzadas se dan entre el 4 y el 11%.
Posibles causas de estas enfermedades
¿Qué es lo que causa la gingivitis y periodontitis? Las bacterias que habitan en la boca. Suelen depositarse sobre la propia superficie de los dientes y en el surco gingival, formando así la llamada placa bacteriana. Cuando esas bacterias crecen y crecen hasta llegar a una determinada cantidad, tienen la capacidad de producir lesiones en los tejidos periodontales y, por supuesto, caries.
Pero la placa bacteriana no es el único componente que influye en la enfermedad periodontal. La genética individual también tiene mucho que ver, puesto que las personas reaccionan de forma distinta ante la presencia de bacterias. Y contra eso poco se puede hacer.
Hoy por hoy, la manera más efectiva de prevenir y tratar las enfermedades periodontales es actuar en el control de la placa bacteriana.
Fotografía: www.freeimages.com
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