Es frecuente que los bebés se metan cosas a la boca para aliviar las molestias.
Si eres padre, ya sabes que el nacimiento de los dientes es uno de los momentos que más alteraciones y molestias causan al recién nacido. Sin duda, la primera dentición es una etapa que no pasa desapercibida ni para los bebés ni para los padres.Los síntomas son múltiples. Las encías del pequeño se hinchan para seguidamente romper con la emergencia de la pieza dental y se inflaman, causándole considerable dolor e irritación, incluso a veces fiebre.
La erupción de los primeros dientes provoca la generación de gran cantidad de saliva o baba que puede generar irritaciones en la barbilla del bebé.
Además, las molestias y dolores se evidencian con un llanto más profundo y más habitual de lo normal en el bebé, que no para de llevarse cosas a la boca en un intento por aliviar las molestias.
Este proceso llega antes o después y puede variar en cada niño, oscilando desde los 4 meses al año. Los dos dientes centrales inferiores son los primeros en salir y después de uno o dos meses le siguen los centrales superiores.
Existen algunos consejos para aliviar este proceso:
– Frota las encías del bebé con el dedo envuelto en una gasa estéril. Es una de las formas más efectivas de calmar el dolor.
– Mordedor. El acto de morder algo duro, como goma dura, también les alivia el dolor. Si el mordedor está frío, que no congelado, mejor. De hecho, actualmente se comercializan mordedores refrigerados que contienen un gel en el interior que puede enfriarse.
– Otra opción es frotar las encías con un hielo, previamente envuelto en una gasa estéril.
– Mantén la cara del recién nacido seca y limpia para evitar mayor malestar derivado de la gran cantidad de baba generada en la primera dentición.
– Existen pomadas y geles específicos con efecto analgésico y calmante para tratar las encías.
– La erupción provoca llanto e intranquilidad al bebé por lo que cualquier gesto que pueda consolarlo y tranquilizarlo contribuirá a aliviar su malestar, tales como abrazarlo o acurrucarlo en nuestro pecho.
Fotografía: www.freedigitalphotos.net
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