Prácticamente nadie está hoy al margen de conocer que nuestra dieta y alimentación condicionan aspectos fundamentales como nuestra salud y el aspecto físico. Objeto de este post de nuestra clínica dental en Ávila será su influencia en la salud bucodental, ya que, no en vano, por la cavidad bucal pasan todos los alimentos con los que nos nutrimos a diario.
Tanto la frecuencia, como la cantidad o la tipología de esos alimentos resultan fundamentales a la hora de determinar su incidencia en los dientes y encías, puesto que unos tienen mayor facilidad para desarrollar caries y otras patologías bucodentales si la higiene no es continuada y estricta.
Los más agresivos
Los más agresivos con nuestra integridad bucodental son aquellos ricos en azúcar, así como aquellas bebidas con altos contenidos ácidos, como las energéticas que toman muchos deportistas. Con ambos no se puede descuidar, y menos de manera continuada, la higiene referida anteriormente.
Otros tipificados como a vigilar son aquellos que, por sus características, tienden a quedarse pegados entre los dientes, como las golosinas, galletas o el chocolate, entre otros.
Atendiendo a su dureza, hay otros alimentos que pueden fracturar los dientes al ser mordidos. En esta lista se encuentran el turrón duro o muchos mariscos protegidos por concha o caparazón. Ojo con las mordidas.
Los que ayudan a la higiene bucodental
Existen otros alimentos que pueden ayudarnos con la higiene bucodental, pero que, atención, no sustituyen al cepillado, hilo dental o colutorio. En esa lista se pueden citar a las verduras, la manzana, la leche o el queso curado.
Otro de los benefactores es el chicle, siempre sin azúcar. Su masticación puede llevarse por delante restos de comida que han quedado entre los dientes, además de generar mayor cantidad de saliva, que es un elemento natural que ayuda a una buena salud bucodental.
Por su parte, el café, vino o el chocolate pueden generarnos, por consumo continuado y descuido en las acciones de higiene, manchas o cambios de color en los dientes.
Sí: el número importa
Igual que la cantidad, importa, y mucho, también el número de veces que comemos o que, simplemente, ingerimos alimentos. Por eso, el picar entre horas es determinante, especialmente si relajamos la higiene en torno a esas acciones. Es entonces cuando la caries puede hacerse fuerte.
A pesar de todos los valores alimenticios que hemos analizado en este artículo, lo fundamental sigue siendo agarrarse a una buena disciplina e higiene bucodental. Es la mejor manera de no preocuparnos por nuestros dientes, o al menos con menos intensidad, de lo que comemos…
Fotografía: www.freedigitalphotos.net
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