Seguramente a estas alturas no sea necesario señalar que la higiene bucodental empieza desde el mismo nacimiento del bebé, pero no está de más recordarlo. Al igual que la higiene general, la boca requiere de un cuidado específico ya que en ella se acumulan restos de bebida y comida, inicialmente de leche materna y luego de alimentos sólidos.
Muchos ya saben que dicha higiene no debe esperar a que les salgan los dientes a los más pequeños y debe ser más concienzuda cuando salen las piezas dentales de leche. Los dientes de leche, aunque temporales, es importante que estén sanos y fuertes para una correcta masticación y vocalización en el habla. Éstos no están exentos de caries, a veces en épocas muy tempranas como es el caso de las conocidas como caries del biberón.
Se trata de caries que salen bruscamente en incisivos y en molares, y están relacionadas con el hábito de succionar el chupete o biberón mientras se quedan dormidos. De este modo, el azúcar que contiene el alimento se queda en los dientes generando las caries. La causante de este tipo de caries es una bacteria que se alimenta de la sacarosa, que está presente en los alimentos sólidos y líquidos del pequeño.
También se pueden generar en aquellos niños que toman constantemente líquido en vasitos con boquilla o se les da el chupete impregnado en sustancias dulces tales como la miel o similar para calmar su llanto o tranquilizarles.
Cabe apuntar que los dientes de leche o temporales tienen un esmalte más fino, por lo que el diente está menos protegido y las caries se generan y avanzan más rápidamente.
Para prevenir las caries del biberón, no dejes que el niño se duerma con el biberón ni pase mucho tiempo con él en la boca. Además, no olvides la higiene bucal del bebé. Limpia sus encías pasando una gasita y usa un cepillo especial para sus incipientes y pequeñas piezas dentales.
Imagen: freedigitalphotos.net
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