Como su propio nombre indica, las aftas bucales se manifiestan en la boca, formando pequeñas lesiones que, aunque no lo creamos o sepamos, son realmente habituales.
Son llagas o úlceras que se pueden producir en distintas zonas mucosas de la cavidad bucal –base de las encías, la parte interior de las mejillas o de los labios o en el velo del paladar-. Si bien no son contagiosas, es muy posible que vuelvan a aparecer tras su eliminación.
Aunque tienen un aspecto muy similar –tono blanquecino con los bordes rojos-, no se debe confundir las aftas bucales con un herpes labial. De hecho, las primeras aparecen en el interior de la cavidad bucal. Los segundos, en la parte exterior, siendo perfectamente visibles.








