Por todos es sabido que los dentistas somos una de las «especies» sanitarias que más miedo y fobias genera. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, ya que la mayoría de los tratamientos son mínimamente invasivos y se realizan bajo anestesia prácticamente imperceptible.
Por otro lado, la tecnología a avanzado tanto, que podemos obtener mucha información de nuestros dientes y encías sin siquiera enseñar en interior de nuestra boca.