Iniciamos aquí un serial de posts que hemos titulado Aprendiendo higiene bucodental. Diccionario odontológico y que pretenderá, a lo largo de varias publicaciones, acercar a todos ustedes el plano odontológico, resolviendo con definiciones las dudas y conceptos más frecuentes en torno a la salud bucodental y el dentista.
Desde la Clínica Dental Arancha Otero esperamos que con ellas la higiene y los buenos hábitos de la salud oral queden un poco más cerca de todos ustedes. Y empezamos con la definición de tres patologías habituales, como son la caries, la piorrea o el bruxismo.
CARIES: ese mal tan común
Es una enfermedad multifactorial por la que se van destruyendo los tejidos de los dientes a causa de la desmineralización que los ácidos de la placa bacteriana provocan. Son las propias bacterias las que se encargan de crear ese ácido a partir de los restos alimenticios que entran y se quedan en la boca.
La ingesta de azúcar en abundancia y los ácidos contenidos en bebidas y alimentos son los que más propician la destrucción dental. Pero no llevar una higiene dental adecuada también es sinónimo de caries, como no cepillarse el número de veces adecuado o hacerlo a través de movimientos poco correctos; utilizar una pasta dental inadecuada; no recurrir nunca al hilo dental… Esas son las evitables, porque también la genética personal de cada uno tiene mucho que ver a la hora de sufrir caries. Y contra ella, menos se puede hacer.
También el pH de la saliva guarda una estrecha relación con la caries, puesto que después de la destrucción del esmalte ataca a la dentina, alcanzando la pulpa dental y generando inflamación, pulpitis, y, en su caso, posterior necrosis. Si no se toman las medidas oportunas y el tratamiento correcto con el diente, puede darse una inflamación alrededor del extremo de la raíz (ápice), dando lugar a una periodontitis apical. En casos más graves, puede convertirse en un absceso dental, celulitis o incluso una angina de Ludwig.
PIORREA: trátala a tiempo
La piorrea es lo que comúnmente se conoce como periodontitis. Es una patología que en un primer estadio puede presentarse como gingivitis, pero que si prosigue con una pérdida de inserción colágena, recesión gingival, e incluso la pérdida de hueso, acaba eliminando el soporte óseo del diente si no recibe tratamiento adecuado. Si ese soporte se pierde, perderemos la pieza dental.
De etiología bacteriana que afecta al tejido de sostén de los dientes (periodonto; constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal) suele aparecer en adultos mayores de 35 años, si bien no es descartable que pueda darse en edades más tempranas.
BRUXISMO: hábito involuntario
El bruxismo es el hábito no voluntario que aprieta o hacer rechinar entre sí las estructuras dentales sin ningún propósito funcional. Se calcula que entre un 10% y un 20% de la población lo padece. Puede acarrear dolor de cabeza y de los músculos de la mandíbula, cuello y oído. Las terapias antiestrés suelen dar buenos resultados como tratamiento.
El bruxismo se puede clasificar en dos tipos: excéntrico (frotamiento) y céntrico (apretamiento). Puede darse durante el día o durante la noche; en este segundo caso es posible que la persona que lo padezca ni siquiera sea consciente de ello hasta que alguien no se lo comunica, o el propio dentista, al denotar una destrucción del esmalte y la dentina.
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