En el mundo occidental, el agua es tan abundante que probablemente pensamos poco en ella. Cuando se trata de nuestra salud bucal, la mayoría de nosotros probablemente solo asociamos el agua con cuando nos cepillamos los dientes por la mañana y por la noche.
A pesar de esto, el agua puede ser realmente útil contra problemas dentales comunes como caries y enfermedades de las encías.
Hidratación
Una de las mayores amenazas para nuestros dientes y encías es la enfermedad de las encías y, en particular, la periodontitis. Esto ataca el hueso que sostiene los dientes en su posición y puede provocar la pérdida de los dientes. Podemos ayudar a prevenir la enfermedad de las encías, no solo cepillándonos, usando hilo dental y con una escala y pulido en la clínica de nuestro dentista de confianza cada seis meses, sino también manteniéndonos bien hidratados.
Las bacterias que contribuyen a la enfermedad de las encías prosperan y crecen en un ambiente cálido y seco. Cuando estamos deshidratados, nuestra boca se puede secar, permitiendo que las bacterias crezcan. Cuando tenemos la boca seca durante largos períodos de tiempo, como cuando hemos estado bebiendo alcohol y nos vamos a dormir sin beber suficiente agua, esto puede aumentar significativamente los riesgos.
Olvida los refrescos con azúcar
El agua suele ser la mejor opción cuando se trata de refrescarse. También ayudará a eliminar, o al menos reducir, el consumo de refrescos muy ricos en azúcar. Estos se han relacionado con gran parte del aumento de la caries dental en los niños, y asegurarse de que los niños beban agua o zumon diluidos les ayudará a mantener tus dientes más sanos. Esto también se aplica a los adultos, por supuesto.
Ayuda a eliminar alimentos
Aunque usamos agua cuando nos cepillamos los dientes, a menudo esto puede ocurrir después de haber comido. Por ejemplo, si te lavas los dientes al levantarte por la mañana y luego desayunas fruta, mermelada o miel, hay una gran cantidad de azúcar que podría permanecer adherida a tus dientes durante todo el día. Una forma muy sencilla de reducir esto es beber agua después. Esto ayudará a eliminar algunos de los azúcares y las partículas de alimentos que se han quedado atascados entre los dientes. Una forma aún más eficaz es enjuagarse con el agua y hacer gárgaras. Esto no es tan efectivo como usar hilo dental, pero es una excelente y sencilla forma de ayudar a tus dientes y encías.
Cuando NO DEBES usar agua
Hay un momento en el que no debe usar agua, y es después de haberse lavado los dientes. Algunos de nosotros habremos crecido con el principio del cepillo, escupir y luego enjuagar. Nuestros dentistas recomiendan que ya no te enjuagues los dientes después de cepillarse los dientes. Si lo haces, reducirás la eficacia del flúor en la pasta de dientes, lo que ayuda a mantener el esmalte fuerte y saludable.
En la Clínica Arancha Otero, somos expertos en tratamientos de salud dental. Para más información no dude en acudir a nuestra clínica.
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