La lengua es un órgano esencial para el proceso digestivo y también para el habla. Su aspecto (color, textura o forma) puede alertarnos sobre el buen o mal estado de nuestra salud bucodental o general, como la falta de vitaminas. La lengua, al igual que la huella dactilar, es única en cada persona y puede presentar diferentes patologías. Así, existe la lengua vellosa, fisura, dentada o geográfica, entre otras.
Hoy vamos a abordar la lengua geográfica. También denominada glositis migratoria benigna, consiste en una inflamación benigna y presenta zonas rojas o blanquecinas que van cambiando su posición o apareciendo y desapareciendo, dando el aspecto de un mapa.
Puede manifestarse desde los seis meses de edad hasta la edad adulta. Es poco frecuente, indoloro y asintomático. De hecho, es frecuente que muchos pacientes pasen semanas, incluso meses, con esta patología sin saber que la padecen. Se desconoce su origen específico, si bien los expertos apuntan a varias posibles causas.
– Carencia de vitamina B2 o/y zinc.
– El estrés o ansiedad.
– Los cambios hormonales como los que experimentan las mujeres en el embarazo.
– El consumo de alimentos muy ácidos, picantes o muy calientes. Éstos generan cierto picor o quemazón que también se agrava con el tabaco o la ingesta de alcohol.
– Algunas enfermedades como la psoriasis, el asma o la diabetes así como ciertas alergias tales como la rinitis pueden producirla también.
En cuanto a los posibles tratamientos, no se conoce ninguno específico. En cualquier caso, se trata de una patología benigna que acaba desapareciendo con el tiempo. Se recomienda una buena higiene bucal, más minuciosa si cabe, cepillando con cuidado la lengua para eliminar los posibles restos de comida o bebida.
No obstante, si la lengua se le hincha en exceso y presenta problemas para mastica u hablar así como alguna molestia o dolor, no dude en acudir a su médico para que le examine y prevenir cualquier complicación fuera de lo habitual.
Imagen: freedigitalphotos.net
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