Si te han diagnosticado enfermedad de las encías, hay una variedad de opciones de tratamiento según los detalles de tu situación y la gravedad del problema. Siempre comenzamos con las opciones menos invasivas, que no son quirúrgicas. Sin embargo, en casos más graves, puede ser necesaria una cirugía.
Tratamiento no quirurgico
La primera línea de defensa contra la enfermedad de las encías es un tipo único de limpieza llamado «raspado y alisado radicular». En este procedimiento, se utiliza un dispositivo de limpieza ultrasónico para eliminar la placa y el sarro de los dientes donde los dispositivos de limpieza normales no pueden alcanzar: debajo de la línea de las encías, en el diente y alrededor de la raíz. Luego, la superficie rugosa del diente y la raíz se alisan (alisan). Esto proporciona una superficie limpia y saludable que facilita que el tejido de las encías se vuelva a unir al diente.
Si abordas la enfermedad de las encías antes de que se agrave, el raspado y el alisado radicular pueden ser el único tratamiento que necesites. Sin embargo, al igual que con cualquier procedimiento dental, el cuidado posterior es vital. Para mantener tus dientes en buena forma y resistir futuras apariciones de enfermedades de las encías, debes cepillarte los dientes y usar hilo dental todos los días, llevar una dieta saludable, evitar el consumo de tabaco y hacerte revisiones dentales regulares. Incluso después de un raspado y alisado radicular exitosos, si no atiendes adecuadamente tus dientes, es muy probable que desarrolles la enfermedad de las encías nuevamente.
Opciones de tratamiento quirúrgico
Si el tejido o hueso que rodea tus dientes está demasiado dañado para ser reparado con un tratamiento no quirúrgico, hay varios procedimientos quirúrgicos disponibles para prevenir daños severos y restaurar una sonrisa saludable. Te recomendaremos el procedimiento que mejor se adapte a la condición de tus dientes y encías. A continuación, te explicamos los tipos mas comunes de cirugía periodontal:
Reducción de profundidad de las bolsas
En una boca sana, los dientes están rodeados firmemente por tejido de las encías y sostenidos de forma segura por los huesos de la mandíbula. La enfermedad periodontal daña estos tejidos y huesos, dejando espacios abiertos alrededor de los dientes que llamamos bolsas. Cuanto más grandes sean estos bolsillos, más fácil será que las bacterias se acumulen en su interior, lo que provocará más y más daños con el tiempo. Con el tiempo, la estructura de soporte se degrada hasta el punto de que el diente se cae o es necesario extraerlo.
Durante los procedimientos de reducción de bolsas (también conocida como “cirugía de colgajo”), doblamos el tejido de las encías y eliminamos las bacterias que se esconden debajo, así como la placa endurecida y el sarro que se han acumulado. También podemos eliminar cualquier tejido que esté demasiado dañado para sobrevivir. Luego cosemos el tejido sano en su lugar. Ahora que el diente y la raíz están libres de bacterias, placa y sarro, y las bolsas se han reducido, las encías pueden volver a adherirse a los dientes.
Regeneración
Cuando el hueso y el tejido que sostienen los dientes se han perdido debido a una enfermedad grave de las encías, podemos restaurar estas áreas con un procedimiento de regeneración. Durante este proceso, comenzamos doblando hacia atrás el tejido de las encías y eliminando las bacterias, la placa y el sarro. Dependiendo de su situación, podemos realizar un injerto de hueso para estimular el crecimiento de hueso nuevo, o podemos aplicar un tipo especial de proteína que estimula el crecimiento de tejido para reparar las áreas que han sido destruidas por la enfermedad.
Injerto de tejido blando
Un síntoma frecuente de la enfermedad de las encías es la recesión de las encías (también llamada recesión gingival). A medida que las encías retroceden, se revelan más raíces. Esto puede hacer que los dientes parezcan más largos y también puede crear sensibilidad a los alimentos o líquidos calientes o fríos. También expone al diente a un mayor daño causado por la enfermedad de las encías, ya que las bacterias, la placa y el sarro atacan la superficie del diente y la raíz.
Durante un injerto de tejido blando, se cose tejido de la parte superior de la boca u otra fuente al área de las encías, cubriendo las raíces y restaurando la línea de las encías a su ubicación original y saludable. Este procedimiento también se puede realizar por motivos estéticos.
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