¿Prestamos toda la atención que deberíamos a las enfermedades bucodentales? ¿Sabemos que, si no se tratan, pueden acabar afectando a otras partes del cuerpo? Además, debemos de saber que las patologías de la boca son de las más frecuentes en el ser humano.
En este artículo del blog de la Clínica Dental Arancha Otero vamos a hablar de una de ellas: la gingivitis. ¿En qué consiste? Es una inflamación de las encías y el primer paso de una enfermedad periodontal, por lo que nos conviene e interesa identificarla y tratarla para que no derive en otra más compleja y, también, a la hora de poner solución.
¿Qué es lo que causa la gingivitis? Hay que atribuirla a una serie de bacterias que suelen estar presentes en los dientes y en las encías. Para eliminarlas, al menos en la mayor medida, debemos de ser constantes con la metodología convencional de higiene bucal; esto es, proceder al cepillado regular y frecuente de los dientes y utilizar elementos complementarios como el hilo o el colutorio dental. Y, por supuesto, cumplir con las revisiones periódicas en el dentista de confianza, que podrá ser el que nos advierta, en primera instancia, de un problema que no siempre detectamos o al que no damos importancia.
Si tenemos malos hábitos alimenticios o abusamos de productos como el alcohol o el tabaco, también estaremos colocando una alfombra roja para la gingivitis.
¿Qué hago para detectarla? Las mencionadas revisiones odontológicas son una forma eficaz de asegurarnos de que la gingivitis no nos gana terreno. Pero también existen unos síntomas asociados a la misma que nos pueden ayudar a detectarla. A la sazón, las principales son las siguientes: encías con un tono rojo más intenso de lo habitual, hinchazón de las mismas o excesiva sensibilidad.
Otros síntomas a tener en cuenta serán cuando observamos los dientes más alargados -probablemente porque las encías han retrocedido- o un mal sabor de boca o halitosis constante.
¿Relación entre disfunción eréctil y gingivitis? Eso es que los afirman, al menos, algunos estudios. Y es que, como aventurábamos al inicio de este artículo, la gingivitis puede acabar manifestándose en incidencias en otras partes del cuerpo. Según una investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), puede, incluso, crear problemas de erección en el hombre. De hecho, si la patología no se trata de forma adecuada y acaba extendiéndose, genera una inflamación sistémica con incidencia en los vasos sanguíneos. Ello afecta al sistema cardiovascular y, por extensión, a los vasos cavernosos del pene, dificultando su erección.
Ya nos afectaba la gingivitis hace miles de años. Aunque ahora existen efectivos métodos de control y de tratamiento, la gingivitis no es una enfermedad del hombre contemporáneo. Una investigación del Instituto Eurac de Bolzano, de Italia, y en colaboración con la Universidad de Viena, ha demostrado que ya la sufríamos hace más de cinco milenios. ¿Y cómo lo han demostrado? A través del conocido como hombre de hielo del Tirol, la momia Ötzi, que, al parecer, fue un cazador de hace unos 5.300 años y que acabó muriendo desangrado. Así se refleja en la biopsia realizada en un hueso de la cadera, encontrando bacterias Treponema Denticola en su ADN. La explicación es que se habrían desplazado desde la boca hasta la cadera a través del flujo sanguíneo.
Fotografía: www.freedigitalphotos.net
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