El embarazo y posterior alumbramiento es uno de los dones que la condición humana nos ha regalado. Sin embargo, durante este periodo se producen una seria de cambios hormonales en el cuerpo de la mujer que, en el caso que nos aborda, afectan o pueden afectar directamente a la salud bucodental y que deben de ser puestos en consideración; tanto en el caso de la madre como en el del recién nacido.
A lo largo de la siguiente enumeración se describen algunos de los efectos que pueden manifestarse durante el embarazo, así como una serie de consejos y recomendaciones sobre cómo actuar de manera, y esto es importante, preventiva:
Madre
– La aparición de una serie de cambios hormonales recomienda extremar la higiene dental para evitar la aparición de patologías en la cavidad bucal. Por supuesto, es necesario mantener el cepillado con dentífrico fluorado al menos dos veces al día y utilizar hilo dental.
– Durante el embarazo, especialmente en los tres primeros meses, es habitual la aparición de náuseas que provocan vómitos. El ácido presente en los mismos puede erosionar el esmalte de los dientes. Si su frecuencia es muy alta, no dudes en consultar con tu dentista para que te recomiende algún tratamiento preventivo.
– Las susodichas modificaciones hormonales pueden llevar aparejada la tomar de medicamentos que, en algunos casos, resultan agresivos para los dientes. Consúltalo.
– Se recomienda visitar al menos una vez al dentista durante el periodo de gestación. Generalmente en el segundo trimestre. Ten en cuenta que los problemas bucodentales es algo normal en el embarazo y a posteriori las madres tendrán menos tiempo al estar al cuidado del recién nacido. El profesional odontológico te informará de la existencia, o no, de alguna patología bucodental y ejecutará, en su caso, los pertinentes tratamientos preventivos.
– La propia saliva, al cambiar su composición en el embarazo, puede provocar la erosión dental y la aparición de caries.
– Es habitual la presencia de gingivitis, con encías inflamadas e incluso sangrantes. Se debe a la proliferación de la placa bacteriana, pero también a cambios hormonales y vasculares. También puede volver a aparecer tras el parto.
– Se debe se mantener una dieta sana y equilibrada, donde no predomine el consumo de azúcar y, por supuesto, evitando el tabaco y el alcohol.
Recién nacido
– Es muy importante tener en consideración que el tratamiento y el control de las enfermedades orales durante el embarazo reduce el riesgo de transmisión de bacterias al recién nacido.
– Evita el contacto de tu saliva con el bebé, ya sea con el chupete, probando con su cuchara la comida (utiliza otra) o el biberón…
– Cuando salgan los primeros dientes, los padres deben de proceder a su limpiado con una gasa o un cepillo pediátrico.
– Se recomienda que el niño o niña acuda al dentista al cumplir su primer año de vida.
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