El esmalte dental es el tejido más duro y mineralizado del organismo, gracias a él los dientes se encuentran protegidos de ataques externos. Pese a que es un mineral muy resistente, es vulnerable frente a los ácidos que producen las bacterias al sintetizar el azúcar.
Conservar bien el esmalte dental no solo es importante para que este “escudo protector” sea eficaz, sino porque su pérdida es irreversible, el esmalte dental no se vuelve a regenerar. A medida que el esmalte se va debilitando o erosionando, el riesgo de caries va en aumento. La Organización Mundial de la Salud tacha a la caries como una de las enfermedades más frecuentes a nivel mundial tanto en niños como en adultos. Si no se trata la caries, penetra cada vez más en el diente y si llega a la pulpa dental puede acabar perdiéndose la pieza dental.
El principal tratamiento de la caries son los famosos empastes dentales, pero estos no implican una regeneración del esmalte, sino que consisten en “sellar” la parte afectada del diente para impedir que la caries siga avanzando. Productos como el flúor ayudan a remineralizar, pero no hay que confundirlo con regenerar. Al remineralizar el esmalte se endurece o fortifica la capa de forma que se vuelve más resistente a los ataques, pero no se crea nuevo esmalte.
Regeneración del esmalte dental mediante proteínas
Un grupo de expertos de la Universidad de Washington ha descubierto que es posible generar nuevo esmalte dental utilizando un modelo biogénico basado en las proteínas.
Los investigadores han logrado fabricar un ‘esmalte in vitro’ mediante la esencia de la amelogenina, una proteína crucial en la formación del esmalte de los dientes. Consiguieron que los péptidos resultantes se biomineralicen en los dientes y se regeneren nuevas capas de esmalte dental. ¡Todo un logro!
Cuando desarrollen por completo esta tecnología-explican- será posible tratar las caries de una forma nada invasiva y saludable.
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