La hipersensibilidad dentaria o sensibilidad dental está causada por un dolor dental intenso que se produce al tomar alimentos o bebidas calientes y frías, aunque también puede generarse al aspirar aire frío.
Se trata de un dolor intenso y transitorio que está causado por la exposición de la dentina de nuestro diente cuando este entra en contacto con factores externos tales como platos o bebidas calientes o frías, pero también ácidas o dulces. La hipersensibilidad dentaria se produce cuando la dentina queda desprotegida por la encía, dejando al descubierto la raíz dental, o porque el esmalte que se debilita. Tanto las encías como el esmalte son las protecciones naturales del diente.
La sensibilidad dental está directamente relacionada con el dolor porque la dentina conecta con una serie de terminaciones nerviosas de nuestra boca. De esta manera, si la dentina ha perdido su protección natural, el contacto con los elementos externos hace que surja el dolor que dura un corto espacio de tiempo. Es más, si este dolor se vuelve intenso cabe la posibilidad que el problema dentario sea mayor y se trata de caries.
Existen algunas causas que favorecen la aparición de la hipersensibilidad dentaria. En lo que respecta a la disminución del esmalte destacan la abrasión que se produce en el esmalte por un mal cepillado, la erosión del esmalte también por la actividad de los ácidos que ingerimos en forma de bebida o comida, así como el desgaste que se produce por el bruxismo.
Si atendemos a la detracción de las encías como causa de la hipersensibilidad dentaria hay que señalar los malos hábitos como el uso de objetos que no están indicados para la higiene dental, como palillos, el uso indebido del hilo dental, así como otros factores derivados de tratamientos pueden provocar una recesión gingival.
Es posible disminuir los efectos de la hipersensibilidad dentaria. Primero, cambiando la dieta con alimentos y bebidas que contengan menos ácidos y azúcares, para empezar a consumir otros que fortalezcan nuestro esmalte.
Además, es conveniente que cambiemos nuestros utensilios de higiene bucodental por un nuevo cepillo con una dureza menor al anterior y una pasta de dientes poco abrasiva. Igualmente, es conveniente acudir a un odontólogo para corregir, si existiera, el problema del bruxismo porque daña sobremanera nuestra mandíbula y nuestros dientes.
Existen tratamientos especializados para disminuir la hipersensibilidad dentaria, todos ellos encaminados a que esta afección no derive en caries, gingivitis o periodontitis.
La hipersensibilidad dentaria es más frecuente en adultos, entre los 18 y los 40 años, aunque los jóvenes son los que tienen mayor probabilidad de sufrir sensibilidad dental por el consumo creciente de bebidas energéticas.
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